LENGUAJE Y LITERATURA



CONCEPTO :

La literatura, en su sentido más amplio, es cualquier trabajo escrito; aunque algunas definiciones incluyen textos hablados o cantados.

 En un sentido más restringido y tradicional, es la escritura que posee mérito literario y que privilegia la literalidad, en oposición al lenguaje ordinario.

El término literatura designa también al conjunto de producciones literarias de una nación, de una época o incluso de un género (la literatura griega, la literatura del siglo XVIII, la literatura fantástica, etc.) y al conjunto de obras que versan sobre un arte o una ciencia (literatura médica, jurídica, etc.).
 En términos artísticos, la literatura es el arte de la palabra, ya sea palabra oral o escrita.
 Es estudiada por la teoría literaria.

 GRÁFICOS LENGUAJE Y LITERATURA 


Ejemplos de lenguaje literario


El lenguaje literario es aquel que se utiliza en la literatura de ficción o entretenimiento. La finalidad del lenguaje literario es artística, de tal manera que el lenguaje toma gran importancia, pues sobre él radica muchas veces la atención. Por ello el estilo es de suma importancia en el lenguaje literario. 

Lo habitual es que, tal como hablan los personajes de una novela, o tal como se describe en ella un paisaje o una situación, no sea la manera en que un amigo le cuenta a otro, en la vida real, lo que ha visto en un viaje. Aunque la intención comunicativa sea la misma, los usos y expresiones que empleamos para llevarla a cabo varían.

La carretilla

En el arroyo grande que la lluvia había dilatado hasta la viña, nos encontramos, atascada, una vieja carretilla, perdida toda bajo su carga de yerba y de naranjas. Una niña, rota y sucia, lloraba sobre una rueda, queriendo ayudar con el empuje de su pe chillo en flor al borriquero, más pequeño, ¡ay!, y más flaco que Platero. Y el brinquillo se despachaba contra el viento, intentando, inútilmente, arrancar del fango la carreta, al grito sollozante de la chiquilla. Era vano su esfuerzo, como el de los niños valientes, como el vuelo de esas brisas cansadas del verano que se caen, en un desmayo, entre las flores.
Acaricié a Platero y, como pude, lo enganché a la carretilla, delante del borrico miserable. Lo obligué, entonces, con un cariñoso imperio, y Platero, de un tirón, sacó carretilla y rucio del atolladero y les subió la cuesta.
¡Qué sonreír el de la chiquilla! Fue como si el sol de la tarde, que se quebraba, al ponerse entre las nubes de agua, en amarillos cristales, le encendiese una aurora tras sus tiznadas lágrimas.
Con su llorosa alegría, me ofreció dos escogidas naranjas, finas, pesadas, redondas. Las tomé, agradecido, y le di una al brinquillo débil, como dulce consuelo; otra a Platero, como premio áureo.


VÍDEO #1

              

 VÍDEO #2


                                 

    VÍDEO #3 

                                 


DOCUMENTO: LENGUAJE Y LITERATURA


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